miércoles, 30 de mayo de 2012

Introducción a la metodología de las ciencias naturales (continuación)


Problemas metodológicos (3° parte) / Autor: Hernán Miguel

Método Hipotético-deductivo:

Cuando Harvey propuso la existencia de vasos capilares que conectaban las arterias con las venas de modo que la sangre circulaba en un solo senti­do, no estaba generalizando las observaciones previas. No podía hacerlo debido a que los vasos capilares no se veían. Nadie los había observado. De modo que una ley que dijera:

"Todos los individuos poseen vasos capilares que conectan las arterias con las venas"

… no podría ser llamada «afirmación empírica general» ni «ley empírica.

Como los vasos capilares no son observables (no se observan a simple vista. Malpighi confirmó su existencia con el uso de un microscopio en 1661), Harvey tuvo que postular su existencia en vez de mostrarla. Por lo tanto, no podemos decir que el proceso que llevó a Harvey a proponer tal hipótesis fue un método inductivo. Harvey tuvo que realizar un acto creativo, un salto creativo. Tuvo que conjeturar la existencia de una entidad que no era observable (al menos para esa época). Tuvo que postular una «entidad teórica» para su explicación de la circulación sanguínea.

Por esto diremos que existe otro nivel de afirmaciones además de los que hemos mostrado (nivel I: afirmaciones empíricas singulares; nivel II: afirmaciones empíricas generales): el nivel III, cuyas afirmaciones se refieren a alguna entidad teórica. Como estas afirmaciones son generales, son las que expresarán las «leyes teóricas». Si todas las entidades aludidas por la ley son teóricas, diremos que es una ley teórica «pura», y, si la ley contiene términos teóricos (que refieren a entidades teóricas) y también términos observacionales, diremos que es una ley teórica «mixta».
Está claro que no podríamos hacer una generalización de ningún con­junto de observaciones que nos llevara a enunciar una ley teórica. Si la inducción es el proceso de generalizar las observaciones para obtener una ley, esta ley no podrá referirse a ninguna entidad que no estuviera ya con­tenida en las observaciones. De este modo, el método inductivo no puede dar cuenta de la formulación de leyes que aluden a entidades teóricas.
Dejemos para más adelante el análisis que se refiere a cuándo una enti­dad es teórica y cuándo es observable. Lo expresado hasta aquí sugiere que debemos dar otra descripción del modo en que se generan las hipótesis.
A partir de consideraciones como las anteriores, una corriente de la filosofía de las ciencias sostiene que la obtención de leyes, ya sean éstas teóricas o empíricas, involucra un salto creativo.
Sostienen que la formulación de una ley no es la generalización de las observaciones, ya que no se necesita un gran número de observaciones para proponer una hipótesis. De hecho, nada impide que un científico pro­ponga la ley:

"Todos los individuos poseen arterias cuyas secciones disminuyen con la distancia al corazón"

…, después de haber realizado una única obser­vación. No es correcto hablar de inducción en la obtención de la ley a par­tir de un solo caso. Aun así, si el científico generaliza a partir de observa­ciones (o incluso a partir de una observación), esta misma generalización involucra el salto creativo que significa suponer que para infinitos casos ocurrirá lo observado en algunos.
A partir de estos argumentos, existe una corriente que no acepta el método inductivo como explicación del modo en que los científicos llegan a formular sus leyes.
Denominaremos a esta nueva postura «Descripción Hipotético-Deductivista de la Ciencia» para distinguirla de la «Descripción ínductivista de la Ciencia». Aunque la diferencia entre estas posturas se introdujo a partir de un ejemplo de ley teórica, es preciso recordar que ambas corrientes también disienten en la forma de describir la obtención de las leyes empíricas.
Podríamos decir que el proceso de formación de hipótesis según la corriente hipotético-deductivista se esquematiza como sigue:


En síntesis, según la descripción hipotético-deductiva, la formulación de toda ley o conjunto de leyes conlleva un salto creativo por parte del que la formula. Una vez formuladas dichas leyes, se extraerán de ellas por deducción algunas conclusiones o consecuencias que permitan la con­frontación de esas leyes con la experiencia.

El método de contrastación de hipótesis:

Ya sea que las leyes se obtengan por «inducción» o por «salto creativo», lo que de seguro ambas corrientes acordarán es que se deben «poner a prueba» para determinar si estas hipótesis son verdaderas o falsas en el sentido de verse confirmadas por los hechos o no.

Aunque en este aspecto (contexto de justificación) han surgido dife­rencias entre ambas corrientes, recién nos interesaremos por ellas más adelante. Plantearemos en rasgos generales de qué modo pondríamos a prueba una hipótesis y qué resultados esperamos obtener de esta puesta a prueba.
Supongamos que queremos poner a prueba la ley:

"Todos los individuos poseen arterias cuyas secciones disminuyen con la distancia al corazón".

Si esta ley se nos ocurrió a partir de la observación de las arterías de los pacientes 1, 2 y 3, una puesta a prueba de la ley sería fijarnos si se cumple para esos mismos pacientes, lo cual es una condición primordial para que la hipótesis se sostenga. En este sentido decimos que la hipótesis propuesta debe explicar las observaciones ya realizadas. Así la propuesta de la hipótesis se ve restringida por el conjunto de observaciones disponibles. El paso siguiente es la puesta a prueba de la hipótesis confrontándola con algún caso que todavía no ha sido observado. En estas circunstancias la hipótesis, aun cuando haya podido explicar las observaciones anteriores, podría fallar. Esta puesta a prueba consiste entonces en averiguar si las predicciones que se extraen de la hipótesis se cumplen o no.
Si la ley es verdadera y se refiere a todos los casos, entonces también valdrá para el caso del paciente 4, que cumple con las condiciones típicas que cumplían los pacientes 1, 2 y 3.
Con este razonamiento (cuya validez daremos por aceptada) «predeci­mos» que "el paciente 4 tiene arterias cuyas secciones disminuyen según la distancia al corazón".

Hemos deducido un enunciado de observación (de nivel I) a partir de una ley empírica (enunciado de nivel II). A este enunciado de observación que hemos deducido de la ley lo llamaremos «consecuencia observacional» (C.O.).
Ahora se plantean dos posibles resultados. O bien el paciente 4 presen­ta las arterias según lo dice el enunciado anterior (C.O.), o bien presenta otras características que hacen que el enunciado sea falso. Por ejemplo, observamos las arterias del paciente 4 y establecemos que la sección de las arterias permanece constante no importa cuan lejos del corazón se hallen las secciones medidas. En este caso diremos que la consecuencia observa­cional no se cumple o bien que es falsa.
Pero la ley pretendía ser verdadera para todos los casos, de modo que si en uno de los casos no se observa lo que predice la ley, diremos que es falsa. Para ser más exactos, diremos que si una de sus consecuencias observacionales es falsa, entonces- la ley ha sido refutada. Vemos que la refutación de una ley consiste en que una de sus consecuencias observacionales no se cumpla.
Ahora bien, ¿qué podríamos decir si la inspección del paciente 4 con­firmara la consecuencia observacional? ¿Podríamos decir que la ley es verdadera? Lo que es seguro es que a partir de confirmar la consecuencia observacional no hemos refutado la hipótesis, así que las evidencias con que contamos hasta el momento son compatibles con que la ley sea ver­dadera. Sin embargo, como la ley pretende ser aplicable a infinitos casos, no podemos saber si en alguna oportunidad será refutada.
Podremos confirmar muchas de sus consecuencias observacionales y todavía quedará la posibilidad de que, en el futuro, alguna consecuencia observacional indique una refutación. Por este motivo es que no podremos «verificar» una ley (afirmación general) sino que sólo podremos aspirar a obtener una «corroboración» de la misma. Diremos que una hipótesis ha sido «corroborada» cada vez que una de sus consecuencias observacionales se verifique (siempre que no haya sido refutada previamente).

Actividades:

  1. ¿En qué se distinguen las Leyes empíricas de las teóricas? ¿Cuándo se habla de una Ley «mixta»?
  2. ¿Qué limitación concreta posee el método inductivo y cómo puede entonces superarse dicha dificultad?
  3. ¿Cómo se describe entonces el «método hipotético-deductivo»?
  4. ¿Qué es una «consecuencia observacional»?
  5. ¿En qué se distingue la «verificación» de la «corroboración»?
  6. Dadas las siguientes hipótesis: “Todos los estudiantes se comportan adecuadamente en presencia de quienes ven como autoridad dentro de la escuela”; “La mayor parte de los jóvenes que van a la escuela solo estudian para safar”. Deduce al menos 3 consecuencias observacionales de cada una de ellas.       

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