Problemas metodológicos (2° parte) / Autor: Hernán Miguel
El contexto de descubrimiento y el contexto de justificación:
Toda
práctica científica involucra distintos tipos de actividades de las cuales
pueden distinguirse dos ámbitos diferentes:
1)
el ámbito de la «creación» y puesta a «prueba» de una teoría
2)
el ámbito de la «aplicación» de las teorías
En
el primero de estos ámbitos («creación» y puesta a «prueba» de la teoría) encontramos la actividad que los
científicos desarrollan cuando necesitan dar cuenta de algunos fenómenos y
generan alguna propuesta explicativa. Cada
propuesta se evalúa por sus consecuencias de modo que, al tiempo que se
proponen hipótesis, éstas se van poniendo a prueba frente a las
nuevas observaciones.
El
segundo de los ámbitos («aplicación» de la teoría) da cuenta de cómo se usan las teorías para
resolver problemas, ya sean técnicos o problemas que, al ser resueltos,
completan la descripción del mundo que esa teoría pretende dar. En este ámbito
no se pretende poner a prueba la teoría
sino que se cuenta con ella para obtener ciertos resultados técnicos o
prácticos.
A
su vez, dentro del ámbito de la creación o generación de la teoría, podemos distinguir dos aspectos bien diferenciados:
1)
la «propuesta» de la teoría
2)
la «puesta a prueba» de la
teoría.
A
estos dos aspectos se los llama: «contexto del descubrimiento» y «contexto de
justificación» respectivamente. Como habíamos anticipado, la propuesta de una
teoría se puede hacer sobre la base de datos existentes con lo cual la
adecuación de la teoría a esos
datos es en sí misma una manera de
ponerla a prueba inicialmente. Sea de este modo o sea que la teoría es previa a alguna colección
de datos, será necesario cotejar la teoría con los datos que se recaben posteriormente
para confirmarla o bien para corregirla. Es así que los contextos de
descubrimiento y justificación están enlazados en un juego de alimentación
mutua: los nuevos datos sirven de base para generar nuevas hipótesis que seguidamente
se ponen a prueba dando
resultados que a su vez pueden
generar la necesidad de nuevas hipótesis.
Pero
aunque los contextos de «descubrimiento» y «justificación» se encuentren tan
interrelacionados podemos hacer una distinción en el obje tivo que se persigue
en cada uno de estos dos aspectos.
En
el contexto de «descubrimiento» el científico propone hipótesis para explicar
algún tipo de fenómeno.
En
el de «justificación» se preocupa de ver si esa explicación es adecuada ya que
se ajusta a los datos.
Podríamos
decir, sin ahondar en detalles, que una teoría científica pretende dar
explicaciones de ciertos sucesos ocurridos o que tienen lugar frecuentemente, y
además predecir acontecimientos que todavía no han ocurrido, de modo de tener
una aplicación directa sobre aquello a lo que la teoría se refiere.
Como
un ejemplo podemos citar a las teorías económicas. Dichas teorías nos permiten
predecir el tipo de efecto que podría tener en las exportaciones la inclusión
de cierto impuesto nuevo. Así, las predicciones a partir de las teorías
científicas nos permitirían calcular la incidencia en la balanza de pagos de la
inclusión de nuevos impuestos y con estos resultados podemos decidir la
inclusión o no de tales impuestos.
Estas
predicciones, junto con todas las que se relacionan con el desarrollo de las
técnicas y la tecnología asociadas a la teoría, son parte del trabajo típico
que los científicos realizan en el ámbito de aplicación de la teoría. Sin
embargo, lo que nos ocupa en esta
sección es la forma en que se llega a conformar una teoría.
Tal
como hemos señalado más arriba, el ámbito de la «creación» o formación de la
teoría, muestra dos contextos: el «contexto del descubrimiento» y el «contexto
de justificación».
Llamamos
«contexto del descubrimiento» al que se corresponde con la etapa en que los
científicos proponen hipótesis que puedan servir para explicar un conjunto de
observaciones.
Llamamos,
en cambio, «contexto de justificación» al que se corresponde con la tarea de
poner a prueba las hipótesis explicativas propuestas en la etapa anterior («contexto de
descubrimiento»).
De
modo que, en esta etapa, se pretende averiguar si la hipótesis (o grupo de
hipótesis) propuesta es confirmada o no por los hechos.
Método inductivo:
Parece
razonable comenzar la descripción de la etapa de formación de la teoría
(contexto del descubrimiento) mencionando algún
conjunto de observaciones que motivó la necesidad de una teoría o hipótesis
que lo explique. Es así como al observarse que las venas y las arterias
llevaban sangre y que no tenían conexión visible entre ellas, en época de
Galeno (siglo II) se propuso que el corazón bombeaba sangre hacia y desde los
tejidos.
El
conjunto de observaciones puede ser descrito por un conjunto de afirmaciones
que relatan las características observadas en cada caso. Una observación, por
ejemplo, es la referente al tamaño de las venas y de las arterias de
determinado paciente. Si se agrupan varias observaciones del mismo tipo, y se
descubre cierta constancia o regularidad en las mismas, como es el caso de que
la sección de las arterias en todos los casos observados disminuye según su
distancia al corazón, se podría generalizar este resultado enunciando una
posible ley:
"Todos los individuos
poseen arterias cuyas secciones disminuyen con la distancia al corazón"
Llamaremos
a este tipo de proposiciones:
«Afirmaciones empíricas generales»
Utilizando
la palabra «empírica» para indicar que la afirmación alude a «cosas observables»,
como lo son las venas, las arterias, el corazón, la distancia al corazón y las
secciones de las venas y de las arterias. Además utilizaremos la palabra «general»
para indicar que la afirmación tiene un «alcance general», es decir, se refiere a «todos los casos»
posibles.
Como
se ve esta hipótesis alude no solamente a los casos observados sino a todos los
casos. En realidad se podría
referir a infinitos casos.
Algunos
de los casos aludidos serán aquellos que fueron registrados y que de alguna
manera motivaron la formulación de la hipótesis.
Otros
casos a los que alude la hipótesis no han sido observados, y lo que afirma la
hipótesis sobre ellos constituye una «predicción».
Así,
un conjunto de observaciones previas a toda teoría motivó la formulación de una hipótesis sobre cómo
funcionaría el sistema circulatorio, de modo que las observaciones hechas hasta
el momento quedarán completamente explicadas a partir de esa hipótesis. Es decir que las observaciones
realizadas pueden deducirse ahora de una ley.
Pero
como además esta hipótesis se propone para todos los casos del mismo tipo y no
solamente para los casos observados, se está afirmando algo en relación al
sistema circulatorio, algo que excede las observaciones hechas hasta el
momento. En consecuencia, al formular una hipótesis de tipo general se está
afirmando que en todos los casos que se observaron y en todos los que se observen,
el sistema circulatorio presentará las características mencionadas en la
hipótesis (esto último alude al aspecto predictivo de una hipótesis).
Podríamos
decir que, al formular una hipótesis de tipo general, se pasa de:
- el nivel I de las «afirmaciones empíricas singulares»
al
- nivel II de las «leyes empíricas».
Hasta
aquí parece ser que una manera de obtener las leyes empíricas es generalizar a
partir de un grupo de observaciones singulares que muestran cierta regularidad.
Este
proceso se ha denominado «método inductivo» y una corriente de la filosofía de
la ciencia ha sostenido que éste es el método por el cual los científicos
descubren las leyes empíricas. Según esta opinión, la forma en que los
científicos obtienen tales leyes es observando un fenómeno en varias ocasiones
diferentes, descubriendo cierta regularidad en tales observaciones y, completando
este proceso por medio de una inferencia inductiva, se sugiere que esta
regularidad se cumple no sólo para los casos observados sino para todos los
casos posibles.
Podríamos
decir que el «proceso de inducción» es el
proceso de generalizar la regularidad encontrada en un conjunto de
observaciones que fueron realizadas dentro de una gran diversidad de
condiciones.
En
síntesis, según la descripción «inductivista»,
la formulación de las «leyes empíricas» consiste en encontrar una
regularidad dentro del conjunto de las observaciones registradas y formular una
generalización que ponga en evidencia esta regularidad. Este paso de las
observaciones a las leyes empíricas se llama «inducción».
Luego,
a partir de las leyes así obtenidas, se podrán deducir tanto el conjunto de
enunciados de observación de que se disponía previamente como nuevos enunciados
de observación aún no registrados (en este último caso es que hablamos de una
predicción).
Actividades:
- Subraya las ideas principales del fragmento y realiza una síntesis de lo afirmado en el texto.
- Busca ejemplos de Leyes empíricas en diversas disciplinas (economía, medicina, sociología, biología, física, química, etc.).
- Elige una de ellas e investiga acerca de cuál fue su contexto (histórico) de descubrimiento, de justificación y de aplicación.
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