miércoles, 25 de abril de 2012

MITO Y FILOSOFÍA (2)


a) Características del Pensamiento Mítico.

1.      El mito es una ‘historia Sagrada’ que cuenta las hazañas realizadas por ‘héroes’ y ‘dioses’ realizadas en el llamado ‘tiempo primordial’ (un tiempo cualitativamente distinto al nuestro. El mito narra la irrupción de lo sobrenatural en el mundo, la intervención de los dioses en el ámbito de los hombres.

2.      Las acciones llevadas a cabo por los dioses sirven de ‘modelo’ para el obrar humano; las enseñanzas de los mitos permitían discernir normas individuales y sociales de conducta. El hombre recibe la ley de los dioses. En este sentido, puede decirse que el mito es una especie de ‘historia ejemplar’. El proceder del hombre encuentra justificación en el mito: “actuamos de este modo porque, en el principio, los dioses lo hicieron así”.

3.      El pensamiento mítico se enmarca dentro de una lógica en la que se postula la existencia de dos ámbitos estrictamente separados: el lugar de los inmortales dioses y el espacio propio de los hombres. Los dioses llevan una vida sosegada y feliz, mientras que los seres humanos llevan una existencia miserable franqueada por la muerte.

4.      En las sociedades arcaicas, los mitos no podían ser narrados por cualquier persona. Los mitos debían ser narrados por sujetos excepcionales: sacerdotes, poetas, reyes, dotados de un tipo de palabra ‘eficaz’ de características ‘mágico-religiosas’. Además, los mitos debían narrarse en determinados períodos del año y en el contexto de una celebración religiosa. Bajo estos supuestos, la recitación del mito posibilitaba la disminución de la brecha infranqueable que separaba al mundo de lo divino del ámbito propiamente humano: los hombres olvidan sus cotidianas preocupaciones y entran así en comunión con los dioses.

5.      El hombre moderno se concibe a sí mismo como el resultado de un cierto conjunto de acontecimientos históricos, los cuales no se siente obligado a conocer y recordar. En contraposición, el hombre arcaico se reconoce como el fruto de ciertos acontecimientos míticos, los cuales no sólo se siente impelido a conocer sino que también se ve obligado a celebrar y actualizar periódicamente por medio de su recitación ritual.

6.      El pensamiento mítico afirma que el orden establecido en el cosmos fue decretado por una divinidad que, luego de combatir con otras deidades por el poder, ha impuesto su absoluta soberanía. El orden del universo es resultado de la voluntad del dios soberano.

b) Líneas de ruptura y continuidad entre el Mito y la Filosofía:

1.      El paso de una forma de pensamiento mítico a una forma de expresión típicamente filosófica constituye una verdadera ‘revolución’ en el orden del pensamiento humano. No obstante, ambas formas de discurso intentan brindarnos una cierta comprensión acerca de los fundamentos últimos de la realidad. 

2.      La cosmovisión aportada por el pensamiento mítico se fundamenta en creencias religiosas vinculadas con los actos realizados por las diversas divinidades. En contraposición, el pensamiento filosófico procura construir una explicación de lo real con las solas luces de la razón.

3.      El pensamiento mítico muestra cómo son las cosas hoy –y cómo actualmente se debe obrar‒ a partir de lo que ‘ejemplarmente’ realizaron los dioses en los ‘orígenes’; contrariamente, el pensamiento filosófico indaga cómo son las cosas hoy y, a partir de ello, busca explicarse qué pudo haber sucedido en el principio.

4.      En el contexto del pensamiento mítico, la verdad se concibe como aquello que los dioses ‘descubren’ (develan), cuando así lo quieren, a algunos hombres privilegiados. Pues si los dioses no revelan la verdad, el hombre sólo puede conocer lo ‘aparente’. Para la filosofía la verdad es la propiedad de los juicios que el hombre (y todo hombre está facultado para ello), sin la ayuda de ninguna revelación, pronuncia sobre las cosas en el acto de conocimiento.

5.      El pensamiento mítico se forja en un contexto de gobierno ‘monárquico’, absolutamente centralizado. El Rey es el representante de los dioses y sus leyes ponen de manifiesto la indiscutible voluntad divina. La filosofía surge paralelamente a la Democracia Griega, en la que el gobierno es ejercido a turnos por todos los ciudadanos y las leyes se construyen comunitariamente a partir de la deliberación pública.

6.      En la Grecia arcaica, los adivinos y los sacerdotes eran quienes recitaban los mitos y ‘conducían’ a los miembros de la comunidad a la comunión con lo divino; en la polis griega los filósofos son los encargados de ‘conducir’ a los ciudadanos al conocimiento de la verdadera sabiduría.

7.      El pensamiento mítico se inscribe en una forma de discurso mágico-religiosa. Esta forma ‘eficaz’ de discurso es patrimonio de algunos seres excepcionales elegidos por las deidades y debe necesariamente ser pronunciada en un contexto ritual. El pensamiento filosófico construye su discurso con la sola fuerza de la razón, es decir, su palabra no se fundamenta en una previa revelación de divina. Se trata de una forma de ‘palabra-diálogo’, en contraposición a la palabra ‘mágico-religiosa’ procedente del ámbito mítico.

8.      En algún sentido, la filosofía es también el patrimonio de un grupo de personas ‘excepcionales’. Y ello no en razón de que los filósofos fuesen sujetos ‘elegidos’ por los dioses, sino sólo por el hecho de que son pocos los sujetos que se atreven a aventurarse en la senda del pensamiento. Pues el alcanzar el conocimiento de las verdades últimas acerca del hombre y de la naturaleza es patrimonio sólo de aquellas personas que, a través de una esmerada disciplina y de la guía de un maestro, se empeñan en alcanzarla. “La educación es un camino de ascenso hacia la luz; un volverse del alma desde un día nocturno hacia un día claro”.

9.      Para los primeros filósofos, la divinidad dejó de constituir el fundamento último del orden establecido en el cosmos; el arché o primer principio del universo –aquello que otorgaba unidad a la diversidad de las cosas existentes‒ debía, según ellos, ser un elemento presente en la naturaleza.

No hay comentarios: