sábado, 18 de septiembre de 2010

LA PERSONA HUMANA: El alma espiritual del hombre


La persona humana: (parte dos)
El hombre es una «unidad substancial» de cuerpo y alma espiritual. Esto significa que el alma no está en el hombre como un piloto en su nave. Recordemos que Platón sostuvo una tesis semejante al afirmar que el alma era una «substancia completa» y que había sido “encerrada en un cuerpo” en castigo por una falta que había cometido mientras habitaba en el cielo contemplando las ideas en compañía de los dioses.
Frente a esta posición hemos de sostener que el alma del hombre no existía antes de informar un cuerpo y que precisamente fue creada en orden a dar vida –y unas determinadas capacidades concretas– a la materia corporal que procede de los padres. El alma del hombre fue hecha para vivificar un determinado cuerpo y dotarlo de «organización» y «unidad». Decir que el alma no es una «substancia completa» equivale a decir que el alma sola no es un «ser individual completo», más bien habría que decir que es una «parte del hombre» como el pie o la mano, pero de «otro tipo» evidentemente. Cuerpo y alma, aun cuando se diferencian, constituyen al hombre como único ser.
Antes del auge del materialismo filosófico, cuando aún vivíamos en una sociedad regida por la «cosmovisión cristiana», sólo unos pocos ponían quizá en duda que el hombre tuviese un alma, un principio de vida de orden espiritual. Los seres humanos, seguramente por influencia de la educación religiosa, crecían reconociendo que tenían un alma, del mismo modo que sabían que tenían una boca y un par de piernas. En contraposición, actualmente la idea de alma nos resulta «ajena», una noción propia de resabios piadosos de una sociedad «caída en desuso». Por otro lado, si alguien nos habla del alma, solemos a priori pensar que tan sólo desea «adoctrinarnos» y que nada tiene que ver esto con un pensamiento rigurosamente científico.
De aquí que hoy resulte imprescindible procurar explicar qué es el alma e intentar ensayar algún «modo filosófico» de probar que el hombre tenga tal cosa. Decimos que el alma es la «forma» de los seres vivos, es decir, aquello por lo cual un cuerpo tiene la cualidad de «ser vivo». Evidentemente, los seres llamados vivos tienen «algo» esencialmente distinto de los cuerpos inertes. Desde esta perspectiva puede decirse que no sólo el hombre sino también los animales y las plantas tienen alma. Asimismo, con un poquito de esfuerzo intelectual puede verse también que el alma no es materia, sino que es algo inmaterial. Puesto que lo que distingue a los seres inertes de los vivos no en la posesión de un «tipo de materia» diferente, sino la posesión de unas operaciones imposibles de encontrar en la mera corporalidad.
Qué cosa es un ser, queda manifiesto por lo que dicho ser es «capaz de hacer». En este sentido, puede vislumbrarse como los seres vivos tienen «dentro de sí» el principio de sus cambios. En contraposición, los seres inanimados sólo pueden cambiar por la influencia de algo exterior que los modifique (una roca, por ejemplo, cambia su fisonomía por la erosión del clima). Los vivientes, si bien es cierto que reciben la permanente influencia de los diversos seres vivos del medio en el que habitan, son capaces de cambiar «desde dentro hacia fuera»: asimilan alimento, crecen, se reproducen, se trasladan, conocen y aman. Si coloco una piedra en una maceta y la riego diariamente, no por ello surgirá de ella la vida. Por lo tanto, cuando decimos que un ser tiene alma queremos afirmar que «es más que sólo materia».
Claro está que los desarrollos precedentes no pretenden mostrar que el hombre es un ser vivo, puesto que –aun cuando no comprendamos claramente qué sea la vida– ello es indiscutible. El propósito de este fragmento es explicar que el hombre tiene un principio de vida (un alma) no sólo «no-material», sino de orden «espiritual», es decir un alma que puede continuar existiendo aun luego de la muerte.
Ahora bien, creemos que esto podría mostrarse si logramos discernir en el hombre alguna actividad que puede realizarse de manera independiente de un órgano corporal. Si nuestro principio de vida, nuestra alma, puede hacer algo en lo que el cuerpo no participa, podríamos afirmar que no depende del cuerpo para existir y que por lo tanto, puede continuar viviendo luego de su corrupción.
Pensemos entonces en la capacidad de conocer propia del hombre. El hombre no sólo conoce sensiblemente las cosas (es decir, las propiedades sensibles de los seres no sólo se le «aparecen») sino que, aunque sea confusamente, el hombre puede conocer lo que las cosas son (conocer la esencia de los seres). En otras palabras, nuestra inteligencia puede «comprender». Asimismo –y he aquí lo fundamental– nuestra inteligencia puede también «comprender que comprende» e intuir, detrás de ello, la presencia de un yo «que es sujeto de la comprensión». Nuestra inteligencia es entonces una «capacidad reflexiva»: capta su «acto» (la realidad de que comprende las cosas) y a «sí misma» (como facultad de la comprensión). Es decir, nuestra inteligencia se «vuelve sobre sí misma» y, de alguna manera, “se mira”. Pero un órgano material no puede «volverse sobre sí mismo», pues está constituido por partes extensas, y dos partes físicas no pueden coincidir en un mismo sitio; ello en virtud de que la materia es impenetrable (nuestro ojo puede ver, pero no puede «ver que ve). Así pues, el acto de reflexión que realiza nuestra inteligencia cuando se comprende como capacidad de comprender no es algo físico; y además, se realiza sin la ayuda de órgano físico alguno. Ahora, si nuestra inteligencia es algo que puede realizar acciones de manera totalmente independiente la corporalidad, ello significa que su existencia no depende del cuerpo.
De lo dicho se sigue que nuestra alma, que es la «sede» (el lugar donde “reside”) de nuestra facultad de comprender, tampoco depende del cuerpo para vivir y puede por ello continuar existiendo luego de la corrupción del cuerpo (muerte). Y es esto, precisamente, lo que queremos expresar cuando sostenemos que el alma del hombre es «espiritual».

Maximiliano Loria

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